jueves, 25 de junio de 2009

Obama en la palabra clave

Se oye hablar mucho de la crisis económica y de sus repercusiones en cualquier parte, por pequeñito que sea el país o el universo…el mundo, y se nos pinta tal nivel de gravedad que existe ya una tabla para enumerar su ciclo, en el sentido de que podría terminar en tal año y que apenas han transcurrido “queseyocuántosmeses” para ver su final. Todo un parto.
Sin embargo, mientras transcurre tal nivel de embarazo podemos ir leyendo un discurso del presidente Obama, siempre desde su perspectiva de un rostro sonriente, despreocupado, imprimiendo optimismo allí donde pone su voz o escribe y pronuncia algunas palabras. Es como si nos dijera que nunca es más oscura la noche que cuando va amanecer. No desfallece.
Una palabra clave que hay en su discurso desde que llegó a la Casa Blanca y tal vez en tanto permanezca allí: confianza. Y cuando hablamos de confianza estamos refiriéndonos a seguridad, a credibilidad. Tal vez en un esquema de razonamiento deje de tener su importancia en las decisiones de los ciudadanos en sus relaciones políticas con una gestión gubernamental, pero desde la lógica, si podemos decirlo así, de las emociones, cambia el panorama. ¿Lo creen? Comunicamos emociones. Informamos datos, lo racional.
¿Qué nos separa de cualquier gobierno, aunque gobierne el partido por el cual hemos votado?
Citar factores, bueno, hagámoslo: a) dejó de ser lo que se esperaba, b) la economía parece que jamás mejorará, c) muchas palabras y pocos hechos, d) dejó de cumplir con las promesas que nos hizo durante la campaña electoral, e) mi estabilidad económica y social se ha perdido, f) y la gestión gubernamental está poniendo en juego mi futuro más inmediato. Sin embargo, ¿podríamos resumir cada uno de estos factores en una sola palabra? .....

lunes, 22 de junio de 2009

"Gobierno bien pero comunico mal ": análisis de las rutinas de la comunicación gubernamental


La comunicación política tiene un objetivo: generar consenso. Si la comunicación política no actúa bien, no hay consenso y si no hay consenso, no hay buena gestión.


Por Mario Riorda/http://www.inap.gov.do/listadet.php?codigo=93

Nota/texto resumen

Cuando se dice que se gobierna bien pero se comunica mal, se dice una mentira. La comunicación política tiene un objetivo: generar consenso. Si la comunicación política no actúa bien, no hay consenso y si no hay consenso, no hay buena gestión. El consenso es la búsqueda de acuerdos políticamente operantes centrados en la idea de que, si bien puede haber (y de hecho probablemente siempre existan) grupos en los márgenes del consenso, o bien fuera de éste, las políticas de un gobierno deben ser aceptadas socialmente por la mayor cantidad de personas. Éste también es un modo de entender la legitimidad como elemento clave para dotar de estabilidad a un gobierno....

lunes, 15 de junio de 2009

Sobre la comunicacion interna

Texto/Rafael Muñiz Gonzalez
http://www.marketing-xx1.com/la-comunicacion-interna-119.htm
La comunicación interna es la comunicación dirigida al cliente interno, es decir, al trabajador. Nace como respuesta a las nuevas necesidades de las compañías de motivar a su equipo humano y retener a los mejores en un entorno empresarial donde el cambio es cada vez más rápido.
Es un error pensar que la comunicación interna es «un lujo» y algo exclusivo de las grandes empresas y máxime en la etapa que estamos atravesando que viene marcada por unos resultados un tanto inciertos a todos los niveles. De ahí que se esté convirtiendo en uno de los grandes retos profesionales del siglo XXI, donde todavía son muy pocas las entidades que desarrollan una adecuada política de comunicación interna que contribuya a implantar los cambios y a lograr los objetivos corporativos y estratégicos de la compañía.
Muchas empresas ignoran que para ser competitivas y enfrentarse con éxito al cambio al que nos empuja inexorablemente el mercado, han de saber motivar a su equipo humano, retener a los mejores, inculcarles una verdadera cultura corporativa para que se sientan identificados y sean fieles a la organización. Y es precisamente aquí donde la comunicación interna se convierte en una herramienta estratégica clave para dar respuesta a esas necesidades y potenciar el sentimiento de pertenencia de los empleados a la compañía.
Para aumentar la eficacia del equipo humano, verdadero artífice de los resultados, ha de sentirse a gusto e integrado dentro de su organización y esto sólo es posible si los trabajadores están informados, conocen los diferentes entramados de la compañía, su misión, su filosofía, sus valores, su estrategia, se sienten parte de ella y, por consiguiente, están dispuestos a dar todo de sí mismos. Además, no debemos olvidar que la comunicación interna ayuda a reducir la incertidumbre y a prevenir el temido rumor, un elemento muy peligroso para las compañías.
Por ello, transmitir mensajes corporativos, informar sobre lo que ocurre dentro de la empresa, motivar y establecer una línea de comunicación eficaz entre los empleados, la dirección y los diferentes departamentos de la empresa son algunos de los objetivos que persigue la comunicación interna.
En cuanto a los tipos de comunicación interna, podemos hablar de dos: ascendente, que se realiza desde abajo hacia arriba en el organigrama de la empresa; y descendente, que tiene lugar desde arriba hacia abajo. A menudo, muchas empresas caen en el error de convertir su comunicación en algo unidireccional, donde los trabajadores son meros sujetos pasivos.

http://www.losrecursoshumanos.com/contenidos/2710-comunicacion-interna-gestion-clave-en-las-organizaciones.html
http://www.rrppnet.com.ar/comunicacioninterna.htm

El fantasma de Trujillo

Conocí a un enfermo del vientre a quien los cirujanos
habían extraído un tumor fenomenal. Cuando se quejaba en la convalecencia y se le preguntaba "qué te pasa", decía: "parece que echo de menos mi tumor. Estaba tan bien acomodado". Eso explica, tal vez, los funerales impresionantes con que los pueblos largo tiempo avasallados entierran a sus déspotas".
José Figueres, ex presidente de Costa Rica.


Por Edgar Valenzuela /colaboración.
La polémica que en estos momentos mantiene en vilo a distintos sectores del país es el premio nacional de novela otorgado al libro "A la sombra de mi abuelo", escrito por Aída Trujillo, hija de Ramfis y nieta del hombre fuerte de San Cristobal.
La obra se impuso a otras 13 que concursaban y fue seleccionada por un jurado integrado por el mexicano Jorge Volpi, el salvadoreño Manlio Argueta y el dominicano Roberto Marcallé Abreu.
Precisamente esta es una las críticas que se hace al veredicto. Se objeta que un jurado que mayoritariamente no es dominicano decida el destino de novelas escritas por dominicanos. Como estamos en la Era de la Globalización podría aceptarse un jurado extranjero, pero no dos de tres.
El escritor Marcallé Abreu defendió la capacidad e independencia del jurado, y atribuyó los comentarios en contra de la selección, por parte de escritores y organizaciones patrióticas, a que la figura de Trujillo sigue viva en el alma nacional.
"En la mayoría de las obras estudiadas, quizás 12 del total de 14, la personalidad de El jefe es como un espectro que planea -y lo sigue haciendo- sobre la vida de los dominicanos", dijo.
Este último aspecto es el que nos llama la atención, independientemente de que escritores y organizaciones patrióticas exigan la anulación del veredicto por entender que ofende la memoria de los caídos. (El ministro de Cultura José Rafael Lantigua, aún cuando mostró su insatisfacción con el premio, advirtió que no ejercerá presión para que el jurado cambie su parecer)
Lo llamativo es que el cuerpo de Trujillo cayó acribillado el 30 de mayo de 1961, pero el fantasma del tirano sigue deambulando en la imaginación popular, 48 años después de su ajusticiamiento y a 79 años de que tomara el poder a través de un golpe de estado en 1930.
¡Ahí es donde está el escándalo: no hemos enterrado a Trujillo! ¡Los dominicanos vivimos alimentando su recuerdo!
En lugar de construir el futuro estamos aferrados a los demonios del pasado.
Todos los intelectuales contemporáneos se distancian de la Era de Trujillo. Públicamente todos la condenan. Más a la hora de escribir o publicar no pueden dejar de pensar él.
Algunos amigos nos dan una explicación del fenómeno: "¡Trujillo es una marca que vende y mucho!".
Recomiendan incluir a Trujillo, como sea, en los libros porque sus productos tienen una venta asegurada, aunque no tengan mucha calidad, como ¿la novela? "A la sombra de mi abuelo". Entonces, agregan, para qué coger lucha buscando otro personaje y otras historias, de pegada, si Trujillo es una industria.
Da la impresión de que muchos escritores dominicanos están atrapados en un círculo vicioso: Repiten como cotorras los mismos argumentos, los mismos enfoques y los mismos personajes de las últimas cinco décadas.
Como si el reloj se hubiese detenido.
Es comprensible que los descendientes del dictador vivan atormentados. Además de su apellido, heredaron el desprecio que se ganó Trujillo con su autoritarismo y su falta de respecto a los derechos humanos.
Sin embargo, los pueblos que progresan no pueden vivir anclados en el pasado o dando tumbos hacia atrás, como el cangrejo.
Ya es hora de pasar la página, de entrar en una etapa diferente de la vida dominicana.
Sin pretender trazar pautas, pues en democracia cada cual puede escribir y hablar de lo que quiera, nos parece que es necesario experimentar con otros temas y trabajar otros personajes.
Una literatura sólida no gana la posteridad exclusivamente por su impacto comercial.
http://fotoshistoricas.blogspot.com/
http://www.27febrero.com/trujillo.htm
(*) El autor es periodista, teatrista y escritor.

lunes, 1 de junio de 2009

Un cuento/ La gallina en su palo

Tres veces me dijeron que una lechuza bajó de su palo convertida en una gallina pero tres veces lo he dudado, porque, ¿cómo puede una gallina convertirse en una lechuza o una lechuza convertirse en una gallina? ¡Ni se parecen!
Todas las noches las gallinas duermen en un palo. Trepan a cualquier árbol en cuyas ramas puedan dormir tranquilas. También se trepa el gallo. Sólo en el momento en que la gallina atiende a sus crías permanece en el suelo protegiendo principalmente a sus polluelos. Molestar su maternidad es recibir su furia. Reacciona a cualquier amenaza.
La lechuza es taciturna, y posiblemente duerme durante el día. Es como un perro, vigilante nocturno y dormilón cuando está el Sol. Pero, ¿dónde habita la lechuza? ¿Por qué no la podemos ver en el día y es sólo en la noche cuando sentimos sus ojos brillantes, en una mirada que nos penetra, como se agrediera tranquilamente nuestra valentía?
Tengo mis gallos y mis gallinas. A las siete de la mañana, sin mancar un solo día de la semana, les doy maíz. Cuando llueve, no importa el aguacero, ahí tienen su maíz y se las ve enchumbada de agua pero comiéndose su maíz. Siguen de un lado a otro, recorriendo el patio y siempre encuentran otras cosas de las cuales se alimentan. Las veo comer lombrices, cucarachas y hasta piedrecillas que supongo confunden con maní quemado.
Dos gallos han bastado para pisar a mis gallinas. Son de hermoso plumaje negro y otro grupo es de pluma marrón y abundante. Me alimento de su carne y de sus huevos, y nunca he visto una lechuza en mi plato. ¿O las he comido, convertida en gallina?
Las lechuzas son brujas pero jamás una gallina ni siquiera un gallo. Eso sí que no. En estos días murió un vecino, y alguien dijo que una gallina se transformó en una lechuza y pasó chillando por encima de la casa del vecino, quien tenía varios días enfermo, y murió. Habrían visto a esa lechuza posarse en el techo de la casa, una que otra vez. Y no puedo creerlo, porque así me dijeron, que si durante un parto se oye el grito de una lechuza es porque el recién nacido morirá en poquísimo tiempo. Y esto puede hacerlo una gallina, mucho menos mis gallinas y mis dos gallos. Nunca, jamás. Eso lo aseguro.
No he visto a nadie morir al pie de una lechuza. Y tampoco puedo decir que las lechuzas son brujas, pero el río suena cuando trae agua.
Sigo con mis gallinas y mis gallos, y hasta el momento no he visto a ninguna gallina convertirse en lechuza. Sin embargo, ¿podría ocurrir? De repente me asalta el temor o probablemente la curiosidad y hasta posiblemente aceche en cualquier noche de estas a estas gallinas cuando suban a dormirse a su palo, porque quizás tengan más sabiduría que la que yo pueda creerme, y convencido de las mentiras…sea la verdad que me han dicho.
Una noche cualquiera apareció una lechuza donde hubo una gallina. Increíble. Y debajo del tronco del árbol en el cual duermen las gallinas, medio inocentes, se vieron algunas plumas. Fue como si hubiesen sobrado cuando la gallina decidió convertirse en lechuza, sólo que las plumas mantenían medio seca piel de gallina entre sus cañones. Descubierta la lechuza, justo en el lugar donde estuvo la gallina, me miró fijamente y al poco tiempo voló medio gimiendo, como cuando alguien ha muerto. Nunca supe si la gallina retornó porque desde esa noche a mí a nadie más se le ocurrió contar las gallinas que dormían tranquilamente en el tronco del árbol. El gallo siguió ahí.

domingo, 24 de mayo de 2009

Un mal muy viejo en Santo Domingo

Confieso que opinar de la producción de agua potable y de energía eléctrica es un asunto reiterativo y creí que iniciándose el siglo 21, los dominicanos o quienes existimos desde Trujillo superaríamos esta terrible frustración. ¿Avanzamos, no avanzamos? ¿Dónde estamos?

El primer compromiso del Estado dominicano con la sociedad y de la sociedad con
el Estado ha de ser la solución definitiva del agua y la energía eléctrica,
independientemente de que constituyan asuntos premodernos, en un contexto global
de la posmodernidad. Y esto tiene que asumirlo cualquier gobierno de cualquier
partido político.


Por lo pronto, las autoridades gubernamentales deberían informarle al país, sin ánimo propagandístico, sin publicidad, pero con palabras sencillas y precisas, qué tipo de soluciones existen en procesos a un problema estructural. Identificar o presentar cuáles son las soluciones inmediatas, de mediano y las de largo plazo. A un problema estructural, solución estructural.
¿Cuántos acueductos se han sido construidos en el país, sus demarcaciones, su cobertura y la demanda que estarían satisfaciendo para una población que crece anualmente?
El sector agua potable podría presentarle al país un mapa, por ejemplo, donde quede identificado cada acueducto construido en los últimos 15 años, por poner una referencia. Si estamos hablando de construcciones en proceso, los recientemente construidos y los proyectos en atención a las demandas nacionales.
Lo mismo podría hacer el sector eléctrico. Díganle al país cuál es el nivel de desarrollo hasta ahora alcanzado respecto a la demanda nacional. Cuál es la capacidad instalada, su capacidad de respuesta, las condiciones físicas de nuestro parque energético. Qué tenemos, qué nos falta por tener y qué estamos haciendo para que lo faltante esté a un tiempo prudente.
Díganle al país, sin muchas palabras y con más imágenes, cuál es la composición de nuestro sistema eléctrico: empresas distribuidoras, empresas cobradoras, empresas productoras, sobre las hidroeléctricas. Y si no es mucho pedir, ¿cuál es y ha de ser por siempre el papel de la Superintendencia de Electricidad y de un organismo al que hacen llamar de protección al consumidor? ¿Son Edusur, Edenorte y Ede-este empresas estatales?
No tenemos que culpar, a estas alturas del juego, a ningún gobierno en particular. Ya nada de eso importa. Qué se hizo, qué se dejó de hacer, por qué no se hizo. Nada de eso importa. Es el pasado, y de pasados perfectos e imperfectos tenemos demasiado. La sociedad está agotada de mirar hacia atrás buscando a un culpable o de medir el tamaño de cualquier error.
Cuanto deberíamos de preocuparnos es de las soluciones. Qué estamos haciendo hoy para superar los males que hemos heredado o que estamos arrastrando desde que Cuca jugaba con bolas o desde el mismo momento en que Lilís decretó la prohibición de escupir redondo. A mí, en lo particular, no me interesa qué pasó, sólo tengo interés en qué y cómo lo haremos.
Presumo que nuestras autoridades están trabajando. Pero la percepción es otra. Y creo que el error consiste en concebir una gestión para la información cuando deberíamos construir una relación de confianza con el ciudadano y la sociedad desde una gestión de la información para la comunicación de la información con el ciudadano y la sociedad. Fortalecer la confianza.

miércoles, 20 de mayo de 2009

A diestra y siniestra

El encanto por la izquierda viene dejando a la derecha arrinconada en América Latina, precisamente cuando se nos ha hablado de la “crisis de las ideologías”, cuando cada vez menos, mucho menos, aparece un texto reimpreso de Lenin u otro de los clásicos, de aquellos que todos sabemos apasionó a generaciones de jóvenes de los sesenta y setenta.
Se podrá sostener que estamos en el umbral de revoluciones sin sangre en contra de un capitalismo, probablemente agonizante, dándole el paso a nuevas formas de socialismo o de Estado socialista. Todo es posible. Sin embargo, llama la atención la plataforma social que encarna al voto a favor de la tendencia hacia una nueva izquierda.
¿Cuál es la mayor aspiración del ciudadano que en América Latina ha respaldado con su voto a candidatos provenientes de la izquierda? ¿Ha votado a favor o en contra de situaciones que se arrastran progresivamente desde los años ochenta? ¿Se aspira a un cambio se sistema? ¿Se pone de manifiesto la decisión ciudadana en contra del sistema?
No quedo claro. Se observa un obvio disgusto por el manejo de los asuntos económicos; gestiones acusadas por la falta de transparencia o rendición de cuenta respecto al uso de las recaudaciones contra las demandas ciudadanas sobre los servicios básicos o, lo que es igual, la calidad de vida. Un reclamo históricamente insatisfecho (deuda social) en cuanto a energía eléctrica, agua, salud, educación, viviendas, transporte.
América Latina recoge en un retrato, con vista panorámica, el lento crecimiento de su inversión privada, el círculo vicioso de cada gestión gubernamental de incentivo a la inversión extranjera. El crecimiento, sin importarnos ahora si es neoliberal o de otra especie, se expresa casi en los mismos renglones, con raíces en una economía sustentada en el servicio y las remesas. Y una pobre capacidad para la generación de dólares.
Tantos años repitiéndose, ya en forma cíclica o en espiral, la historia de nuestros países latinoamericanos, y sintiéndose el ciudadano sin una redistribución de las riquezas a la altura de sus esperanzas, el dedo ha marcado con una cruz de condena a los partidos políticos tradicionales. La crisis, aparentemente del modelo de crecimiento económico, casi común a toda América Latina, viene reflejándose en el voto. Y el ciudadano ha salido a las calles a buscar soluciones políticas para una crisis de sus utopías, porque aún me siento inseguro de afirmar que todo voto por la siniestra va a favor de la eliminación definitiva de la diestra o del capitalismo. El voto expresa una esperanza de vida.
Si se recurre a un nuevo discurso, acompañado de posibles soluciones menos moderadas respecto a las aplicadas por las derechas derrotadas, induciríamos que la crisis del modelo de crecimiento económico adoptado en América Latina condujo a una crisis del quehacer político de los partidos conservadores o liberales, de derecha o centro izquierda o cual fuere su denominación. Por lo menos está en fase de radical cuestionamiento.
¿Qué hay detrás del voto que apela a la siniestra, condenando a la diestra?
Juzgando a priori, sin un recurso científico o academicista en que aferrarme, se me ocurre soltar la siguiente percepción: el ciudadano de América Latina busca un liderazgo político comprometido con sus esperanzas, sin importarle su derecha o su izquierda. Es la necesidad de reconstruir la confianza en el poder desde el poder individual del voto para sentirse relativamente estable, existencialmente seguro, con respuestas a su inmediatez de carácter primaria, en el cual confluyen lo moderno y la posmodernidad en sus relaciones sociales, económicas y estilos de vida.