Cuando todos tengamos la oportunidad de leernos y releernos la nueva Constitución posiblemente encontraremos razones para defenderla o, por lo menos, para promoverla aunque con timidez o reservas. A alguien le corresponderá la tarea de modificar la percepción ciudadana respecto de que este no el texto esperado, que alteraron la consulta popular y de que habrían eliminado tantas cosas que la le quitaron los pies y los brazos.
Probablemente este nuevo documento constitucional necesitará de mayores argumentos para convertirlo en la propuesta ideal, que pueda satisfacer el apetito de quienes defienden la idea de una constituyente. Sin embargo, comparto plenamente lo externado por el señor Eduardo Jorge Prats: ver la reforma constitucional como un comienzo y nunca como un resultado final. Es una visión sabia, pues recomienda una pedagogía ciudadana, construir ciudadanía desde su discusión y aplicación.
El agua aún es turbia, muy turbia, y pareciera que dos señores de la oposición, Milton Ray Guevara y el propio Jorge Prats, se quedaron solos enfrentando, desde una aparente minoría, a una rabiosa mayoría, lo cual es admirable y dice mucho de cuán convencidos están en relación a la movilización social y política para debatir modificaciones a la Constitución. En un país donde nadie cree en nada ni en nadie, donde estamos perdiendo la fe hasta en sí mismos, es loable la labor emprendida.
Tenemos un nuevo texto constitucional que circulará con muy poco crédito a su favor, que sin dudas tiene saltos cualitativos de la misma manera que encontraremos mandatos, normas, que quisiéramos borrar para siempre, que nadie, absolutamente, reivindicará.
No obstante, insisto en verla con el criterio filosófico de Jorge Prats, como un gran inicio, consciente todos de que posiblemente podemos lograr mucho más, y tal vez en poquísimo tiempo se querrá hacerle cambios; y lo importante parea mi es la conciencia social de qué país queremos y a qué ciudadanos aspiramos.
martes, 23 de febrero de 2010
lunes, 8 de febrero de 2010
El gordo y el flaco
[Cuento. Texto completo] Anton Chejov
En una estación de ferrocarril de la línea Nikoláiev se encontraron dos amigos: uno, gordo; el otro, flaco.
El gordo, que acababa de comer en la estación, tenía los labios untados de mantequilla y le lucían como guindas maduras. Olía a Jere y a Fleure d'orange. El flaco acababa de bajar del tren e iba cargado de maletas, bultos y cajitas de cartón. Olía a jamón y a posos de café. Tras él asomaba una mujer delgaducha, de mentón alargado -su esposa-, y un colegial espigado que guiñaba un ojo -su hijo.
-¡Porfiri! -exclamó el gordo, al ver al flaco-. ¿Eres tú? ¡Mi querido amigo! ¡Cuánto tiempo sin verte!
-¡Madre mía! -soltó el flaco, asombrado-. ¡Misha! ¡Mi amigo de la infancia! ¿De dónde sales?
Los amigos se besaron tres veces y se quedaron mirándose el uno al otro con los ojos llenos de lágrimas. Los dos estaban agradablemente asombrados.
-¡Amigo mío! -comenzó a decir el flaco después de haberse besado-. ¡Esto no me lo esperaba! ¡Vaya sorpresa! ¡A ver, deja que te mire bien! ¡Siempre tan buen mozo! ¡Siempre tan perfumado y elegante! ¡Ah, Señor! ¿Y qué ha sido de ti? ¿Eres rico? ¿Casado? Yo ya estoy casado, como ves... Ésta es mi mujer, Luisa, nacida Vanzenbach... luterana... Y éste es mi hijo, Nafanail, alumno de la tercera clase. ¡Nafania, este amigo mío es amigo de la infancia! ¡Estudiamos juntos en el gimnasio!
Nafanail reflexionó un poco y se quitó el gorro.
-¡Estudiamos juntos en el gimnasio! -prosiguió el flaco-. ¿Recuerdas el apodo que te pusieron? Te llamaban Eróstrato porque pegaste fuego a un libro de la escuela con un pitillo; a mí me llamaban Efial, porque me gustaba hacer de espía... Ja, ja... ¡Qué niños éramos! ¡No temas, Nafania! Acércate más ... Y ésta es mi mujer, nacida Vanzenbach... luterana.
Nafanail lo pensó un poco y se escondió tras la espalda de su padre.
-Bueno, bueno. ¿Y qué tal vives, amigazo? -preguntó el gordo mirando entusiasmado a su amigo-. Estarás metido en algún ministerio, ¿no? ¿En cuál? ¿Ya has hecho carrera?
-¡Soy funcionario, querido amigo! Soy asesor colegiado hace ya más de un año y tengo la cruz de San Estanislao. El sueldo es pequeño... pero ¡allá penas! Mi mujer da lecciones de música, yo fabrico por mi cuenta pitilleras de madera... ¡Son unas pitilleras estupendas! Las vendo a rublo la pieza. Si alquien me toma diez o más, le hago un descuento, ¿comprendes? Bien que mal, vamos tirando. He servido en un ministerio, ¿sabes?, y ahora he sido trasladado aquí como jefe de oficina por el mismo departamento... Ahora prestaré mis servicios aquí. Y tú ¿qué tal? A lo mejor ya eres consejero de Estado, ¿no?
-No, querido, sube un poco más alto -contestó el gordo-. He llegado ya a consejero privado... Tanto dos estrellas.
Súbitamente el flaco se puso pálido, se quedó de una pieza; pero en seguida torció el rostro en todas direcciones con la más amplia de las sonrisas; parecía que de sus ojos y de su cara saltaban chispas. Se contrajo, se encorvó, se empequeñeció... Maletas, bultos y paquetes se le empequeñecieron, se le arrugaron... El largo mentón de la esposa se hizo aún más largo; Nafanail se estiró y se abrochó todos los botones de la guerrera...
-Yo, Excelencia... ¡Estoy muy contento, Excelencia! ¡Un amigo, por así decirlo, de la infancia, y de pronto convertido en tan alto dignatario!¡Ji, ji!
-¡Basta, hombre! -repuso el gordo, arrugando la frente-. ¿A qué viene este tono? Tú y yo somos amigos de la infancia. ¿A qué viene este tono? Tú y yo somos amigos de la infancia, ¿a qué me vienes ahora con zarandajos y ceremonias?
-¡Por favor!... ¡Cómo quiere usted...! -replicó el flaco, encogiéndose todavía más, con risa de conejo-. La benevolente atención de Su Excelencia, mi hijo Nafanail... mi esposa Luisa, luterana, en cierto modo...
El gordo quiso replicar, pero en el rostro del flaco era tanta la expresión de deferencia, de dulzura y de respetuosa acidez, que el consejero privado sintió náuseas. Se apartó un poco del flaco y le tendió la mano para despedirse.
El flaco estrechó tres dedos, inclinó todo el espinazo y se rió como un chino: "¡Ji, ji, ji!" La esposa se sonrió.
Nafanail dio un taconazo y dejó caer la gorra. Los tres estaban agradablemente estupefactos.
En una estación de ferrocarril de la línea Nikoláiev se encontraron dos amigos: uno, gordo; el otro, flaco.
El gordo, que acababa de comer en la estación, tenía los labios untados de mantequilla y le lucían como guindas maduras. Olía a Jere y a Fleure d'orange. El flaco acababa de bajar del tren e iba cargado de maletas, bultos y cajitas de cartón. Olía a jamón y a posos de café. Tras él asomaba una mujer delgaducha, de mentón alargado -su esposa-, y un colegial espigado que guiñaba un ojo -su hijo.
-¡Porfiri! -exclamó el gordo, al ver al flaco-. ¿Eres tú? ¡Mi querido amigo! ¡Cuánto tiempo sin verte!
-¡Madre mía! -soltó el flaco, asombrado-. ¡Misha! ¡Mi amigo de la infancia! ¿De dónde sales?
Los amigos se besaron tres veces y se quedaron mirándose el uno al otro con los ojos llenos de lágrimas. Los dos estaban agradablemente asombrados.
-¡Amigo mío! -comenzó a decir el flaco después de haberse besado-. ¡Esto no me lo esperaba! ¡Vaya sorpresa! ¡A ver, deja que te mire bien! ¡Siempre tan buen mozo! ¡Siempre tan perfumado y elegante! ¡Ah, Señor! ¿Y qué ha sido de ti? ¿Eres rico? ¿Casado? Yo ya estoy casado, como ves... Ésta es mi mujer, Luisa, nacida Vanzenbach... luterana... Y éste es mi hijo, Nafanail, alumno de la tercera clase. ¡Nafania, este amigo mío es amigo de la infancia! ¡Estudiamos juntos en el gimnasio!
Nafanail reflexionó un poco y se quitó el gorro.
-¡Estudiamos juntos en el gimnasio! -prosiguió el flaco-. ¿Recuerdas el apodo que te pusieron? Te llamaban Eróstrato porque pegaste fuego a un libro de la escuela con un pitillo; a mí me llamaban Efial, porque me gustaba hacer de espía... Ja, ja... ¡Qué niños éramos! ¡No temas, Nafania! Acércate más ... Y ésta es mi mujer, nacida Vanzenbach... luterana.
Nafanail lo pensó un poco y se escondió tras la espalda de su padre.
-Bueno, bueno. ¿Y qué tal vives, amigazo? -preguntó el gordo mirando entusiasmado a su amigo-. Estarás metido en algún ministerio, ¿no? ¿En cuál? ¿Ya has hecho carrera?
-¡Soy funcionario, querido amigo! Soy asesor colegiado hace ya más de un año y tengo la cruz de San Estanislao. El sueldo es pequeño... pero ¡allá penas! Mi mujer da lecciones de música, yo fabrico por mi cuenta pitilleras de madera... ¡Son unas pitilleras estupendas! Las vendo a rublo la pieza. Si alquien me toma diez o más, le hago un descuento, ¿comprendes? Bien que mal, vamos tirando. He servido en un ministerio, ¿sabes?, y ahora he sido trasladado aquí como jefe de oficina por el mismo departamento... Ahora prestaré mis servicios aquí. Y tú ¿qué tal? A lo mejor ya eres consejero de Estado, ¿no?
-No, querido, sube un poco más alto -contestó el gordo-. He llegado ya a consejero privado... Tanto dos estrellas.
Súbitamente el flaco se puso pálido, se quedó de una pieza; pero en seguida torció el rostro en todas direcciones con la más amplia de las sonrisas; parecía que de sus ojos y de su cara saltaban chispas. Se contrajo, se encorvó, se empequeñeció... Maletas, bultos y paquetes se le empequeñecieron, se le arrugaron... El largo mentón de la esposa se hizo aún más largo; Nafanail se estiró y se abrochó todos los botones de la guerrera...
-Yo, Excelencia... ¡Estoy muy contento, Excelencia! ¡Un amigo, por así decirlo, de la infancia, y de pronto convertido en tan alto dignatario!¡Ji, ji!
-¡Basta, hombre! -repuso el gordo, arrugando la frente-. ¿A qué viene este tono? Tú y yo somos amigos de la infancia. ¿A qué viene este tono? Tú y yo somos amigos de la infancia, ¿a qué me vienes ahora con zarandajos y ceremonias?
-¡Por favor!... ¡Cómo quiere usted...! -replicó el flaco, encogiéndose todavía más, con risa de conejo-. La benevolente atención de Su Excelencia, mi hijo Nafanail... mi esposa Luisa, luterana, en cierto modo...
El gordo quiso replicar, pero en el rostro del flaco era tanta la expresión de deferencia, de dulzura y de respetuosa acidez, que el consejero privado sintió náuseas. Se apartó un poco del flaco y le tendió la mano para despedirse.
El flaco estrechó tres dedos, inclinó todo el espinazo y se rió como un chino: "¡Ji, ji, ji!" La esposa se sonrió.
Nafanail dio un taconazo y dejó caer la gorra. Los tres estaban agradablemente estupefactos.
martes, 2 de febrero de 2010
Hacia un nuevo periodismo?
Quisiera pensar que estoy errado, pero percibo que la carrera periodística, tal cual la conocemos hoy, independientemente del periodismo digital, está en proceso de transformación, y me parece que podría desaparecer, muy a pesar de la necesidad del servicio informativo o de estar informados. La Internet, como tal, viene produciendo cambios radicales en los comportamientos humanos respecto a sus oficios tradicionales y supongo que muchas formas de ganarnos la vida han ido desapareciendo con este nuevo instrumento. A principio creíamos que la Internet era un libro abierto para la consulta ciudadana, una especie de pista de aprendizaje, de información y de conocimientos. Hoy siento que se trata de una tecnología suficientemente poderosa a través de la cual se produce, con igual magnitud, una nueva revolución tecnológica, con dimensión en la ciencia, y los veremos con pocos días cuando tengamos en nuestras manos las más modernas herramientas de la digitalización, de las computadoras de nueva generación y sus respectivos progrmas. No hay marcha atrás, es otro lenguaje, otra forma de comunicarnos, de trabajar la palabra, de construcción de nuestras formas de expresarnos, de manifestación del pensamiento. Al periodismo y las escuelas de periodismo les queda un solo camino: un cambio radical. Si bien se discute sobre la sobrevivencia de los periódicos y revistas, conforme avanza o evolucionan las computadoras y sus programas hoy pienso que hasta los periódicos, revistas o cualquier diario digital podrían desaparecer debido al desinterés del ciudadano, de los usuarios de la Internet. No tengo una bola de cristal para adivinar el futuro del periodismo, pero no lo veo claro...
viernes, 22 de enero de 2010
Libros gratis, digitales, cuentística dominicana
El amigo Aquiles Julián, escritor y publicista, y quien viene desarrollando una labor extraordinaria mediante su inciativa de distribución gratuita de libros digitales (versión PDF), anuncia que en los próximos días comenzará el envío de una muestra de la cuentística dominicana, con los primeros diez, desde Fabio Fiallo a Pedro Peix, e irá periódicamente enviando otros dedicados a mostrar el género.
Durante muchos años la poesía fue el género de mayor fuerza en nuestro país (República Dominicana), y hay una excelente producción con autores como Alexis Gómez (que ha incursionado con éxito sobresaliente también en la cuentística), José Mármol, Víctor Bidó, José Enrique García, César Zapata, Plinio Chaín, Basilio Belliard, Soledad Alvarez, Mateo Morrison, Jeannette Miller, Adrian Javier, Ángela Hernández, Tony Raful, Cayo Claudio Espinal, Martha Rivera, Tomás Castro, Juan Freddy Armando, René Rodríguez Soriano, Miriam Ventura, Dionisio de Jesús, Manuel García Cartagena y otros poetas de gran valía que aportan sus talentos en este género.
Pero en este momento el cuento dominicano es el género de mayor expansión en cantidad, calidad y proyección. Esta selección primera trae los cuentos de diez autores: Fabio Fiallo, Juan Bosch, Hilma Contreras, Virgilio Díaz Grullón, Marcio Veloz Maggiolo, Miguel Alfonseca, René del Risco Bermúdez, Bonaparte Gautreaux Piñeyro, José Alcántara Almánzar y Pedro Peix.
Son los diez primeros, faltan muchísimos autores de igual valía y excelencia, admirados y apreciados por mí, como Armando Almánzar Rodríguez, Arturo Rodríguez Fernández, Roberto Marcallé Abréu, Diógenes Valdez, César Zapata, Rafael Peralta Romero, Ángela Hernández, Ramón Marrero Aristy, José Rijo, Nestor Caro, Rubén Echavarría, Efraím Castillo, J. M. Sanz Lajara y muchísimos más, brillantes, extraordinarios.
Quien desee recibir estos textos digitales puede dirigirse a la siguiente dirección ciensalud@gmail.com , y, de parte nuestra, felicitar a don Aquiles Julián.
Durante muchos años la poesía fue el género de mayor fuerza en nuestro país (República Dominicana), y hay una excelente producción con autores como Alexis Gómez (que ha incursionado con éxito sobresaliente también en la cuentística), José Mármol, Víctor Bidó, José Enrique García, César Zapata, Plinio Chaín, Basilio Belliard, Soledad Alvarez, Mateo Morrison, Jeannette Miller, Adrian Javier, Ángela Hernández, Tony Raful, Cayo Claudio Espinal, Martha Rivera, Tomás Castro, Juan Freddy Armando, René Rodríguez Soriano, Miriam Ventura, Dionisio de Jesús, Manuel García Cartagena y otros poetas de gran valía que aportan sus talentos en este género.
Pero en este momento el cuento dominicano es el género de mayor expansión en cantidad, calidad y proyección. Esta selección primera trae los cuentos de diez autores: Fabio Fiallo, Juan Bosch, Hilma Contreras, Virgilio Díaz Grullón, Marcio Veloz Maggiolo, Miguel Alfonseca, René del Risco Bermúdez, Bonaparte Gautreaux Piñeyro, José Alcántara Almánzar y Pedro Peix.
Son los diez primeros, faltan muchísimos autores de igual valía y excelencia, admirados y apreciados por mí, como Armando Almánzar Rodríguez, Arturo Rodríguez Fernández, Roberto Marcallé Abréu, Diógenes Valdez, César Zapata, Rafael Peralta Romero, Ángela Hernández, Ramón Marrero Aristy, José Rijo, Nestor Caro, Rubén Echavarría, Efraím Castillo, J. M. Sanz Lajara y muchísimos más, brillantes, extraordinarios.
Quien desee recibir estos textos digitales puede dirigirse a la siguiente dirección ciensalud@gmail.com , y, de parte nuestra, felicitar a don Aquiles Julián.
martes, 12 de enero de 2010
Información y cautela
Un terremoto de alta intensidad afectó a Haití, nuestro vecino, y siendo una misma isla en el Caribe, pudimos sentirlo con fuerza en nuestro territorio. Inmediatamente circularon las informaciones oficiales y extraoficiales, más que el impacto en Haití o en cualquier ciudad dominicana, lo que sobresale es la alerta emitida por una oficina especializada y autorizada de los Estados Unidos sobre un tsunami que afectaría a la isla, lo mismo que a las Bahamas y a Cuba. Pocas líneas tiene el despacho oficial. Y otro elemento se destaca: que la mayor cantidad de informaciones publicadas sobre el particular aparecen en blogs. La información sobre el sismo evolucionó en términos periodísticos, no ocurrió así en cuanto al tsunami. Un diario de circulación nacional coloca en su titular que descartan su posibilidad, sin que aparezca en el cuerpo de la historia nada que lo justifique. La información hay que darla con suficiente claridad, precisión y lo menos especulativa posible, y mucho más cuando se trata de fenómenos naturales. Todo acontecimiento provocado por la naturaleza es una amenaza a la vida humana, animal y vegetal. En estos casos, la información que suministramos o suministremos debe ser vista como un servicio al ciudadano. Por esto creo en la cautela, en la prudencia. En este sentido felicito a la periodista Alicia Ortega, a quien vi apresurarse para ir al ritmo de los acontecimientos a través de su espacio informativo en un canal del cable, sin embargo su inquietud era informar para evitar alarmas, la imprudencia, y mucho más cuando se habló de la posibilidad de un tsunami. A continuación copio sugerencias de páginas especializadas sobre el qué hacer ante tal evento:
¿QUÉ HACER FRENTE A UN TSUNAMI?
a) Si vive en la costa y siente un terremoto lo suficientemente fuerte para agrietar muros, es posible que dentro de los veinte minutos siguientes pueda producirse un maremoto o tsunami.
b)Si es alertado de la proximidad de un maremoto o tsunami, sitúese en una zona alta de al menos 30 mts. sobre el nivel del mar en terreno natural.
c)La mitad de los tsunamis se presentan, primero, como un recogimiento del mar que deja en seco grandes extensiones del fondo marino. Corra, no se detenga, aléjese a una zona elevada, el tsunami llegará con una velocidad de más de 100 Km/h.
d)Si Usted se encuentra en una embarcación, diríjase rápidamente mar adentro. Un tsunami es destructivo sólo cerca de la costa. De hecho a unos 5.600 mts. mar adentro o a una altura mayor a 150 mts. sobre el nivel del mar tierra adentro Ud. puede considerarse seguro.
e)Tenga siempre presente que un tsunami puede penetrar por ríos, quebradas o marismas, varios kilómetros tierra adentro, por lo tanto hay que alejarse de éstos.
f)Un tsunami puede tener diez o más olas destructivas en 12 horas; procure tener a mano ropa de abrigo, especialmente para los niños.
g)Tenga instruida a su familia sobre la ruta de huida y lugar de reunión posterior.
h)Procure tener aparato de radio portátil, que le permita estar informado, y pilas secas de repuesto.
martes, 29 de diciembre de 2009
De piñas y otras frutas
Vamos al Súper y nos encontramos con frutas a precios casi invariables en diez años, un poquito más o un poquito de menos. Y en cualquier ocasión nos sorprenden informaciones provenientes de cualquier país del mundo, incluyendo de islas como nosotros, donde se trabaja para reducir los precios de los alimentos a través de acciones básicas, unas de las cuales es la diversificación y aumento la producción.
Diversifican por medio de la tecnología y la investigación. Por ejemplo, producimos plátanos cibaeños y barahoneros. Un país con otra vocación, lleva estos a un laboratorio para iniciar un proceso dirigido a provocar otras variedades con igual o mayor contenido alimenticio. Es una iniciativa nada antojadiza, pues responde a un plan vinculado a la canasta familiar, y de llevar a la mesa una calificación variada del mismo vívere, tal vez más alimenticio, y con mayor abundancia en el mercado.
La cantidad y su calidad permitirán comprar el rubro a bajo precio y quizás en todo el año, y si queremos estaremos satisfaciendo el mercado nacional e igualmente en condiciones de satisfacer un mercado externo, lo cual significa que produciremos para el consumo local y para la exportación.
El pato denominado “pequinés” es de alto consumo entre los chinos. Conociendo esta realidad, ¿qué pensaron? Aparte de seguir comiéndolo, los chinos iniciaron la tarea de ampliar la variedad de patos y a través de recursos tecnológicos lograron diversificar su producción con la expresa intención de abaratar y ampliar su consumo e igualmente de garantizar una mejor alimentación de sus ciudadanos con su carne y sus huevos.
No son iniciativas particulares, se trata de acontecimientos impulsados desde el Estado. Recientemente, vi en la televisión española cómo se incentivaba la producción de diversos mariscos también con una clara intención: ampliar la cantidad para bajar los precios y, en consecuencia, provocar un aumento en su consumo. Preocupación esencial, elevar la calidad de la vida a bajo costo.
Los dominicanos estamos en condiciones de producir variedad de artículos alimenticios, y de colocarnos en posición ventajosa en la región del Caribe si adoptáramos políticas parecidas a las aplicadas en otros países con características similares a la nuestra. Aumentaríamos las exportaciones (dólares con menos endeudamiento) y elevaríamos la calidad de vida de nuestros ciudadanos. ¿Por qué no hemos podido?
Diversifican por medio de la tecnología y la investigación. Por ejemplo, producimos plátanos cibaeños y barahoneros. Un país con otra vocación, lleva estos a un laboratorio para iniciar un proceso dirigido a provocar otras variedades con igual o mayor contenido alimenticio. Es una iniciativa nada antojadiza, pues responde a un plan vinculado a la canasta familiar, y de llevar a la mesa una calificación variada del mismo vívere, tal vez más alimenticio, y con mayor abundancia en el mercado.
La cantidad y su calidad permitirán comprar el rubro a bajo precio y quizás en todo el año, y si queremos estaremos satisfaciendo el mercado nacional e igualmente en condiciones de satisfacer un mercado externo, lo cual significa que produciremos para el consumo local y para la exportación.
El pato denominado “pequinés” es de alto consumo entre los chinos. Conociendo esta realidad, ¿qué pensaron? Aparte de seguir comiéndolo, los chinos iniciaron la tarea de ampliar la variedad de patos y a través de recursos tecnológicos lograron diversificar su producción con la expresa intención de abaratar y ampliar su consumo e igualmente de garantizar una mejor alimentación de sus ciudadanos con su carne y sus huevos.
No son iniciativas particulares, se trata de acontecimientos impulsados desde el Estado. Recientemente, vi en la televisión española cómo se incentivaba la producción de diversos mariscos también con una clara intención: ampliar la cantidad para bajar los precios y, en consecuencia, provocar un aumento en su consumo. Preocupación esencial, elevar la calidad de la vida a bajo costo.
Los dominicanos estamos en condiciones de producir variedad de artículos alimenticios, y de colocarnos en posición ventajosa en la región del Caribe si adoptáramos políticas parecidas a las aplicadas en otros países con características similares a la nuestra. Aumentaríamos las exportaciones (dólares con menos endeudamiento) y elevaríamos la calidad de vida de nuestros ciudadanos. ¿Por qué no hemos podido?
martes, 15 de diciembre de 2009
La Plaza Ceremonial Taína vista por los Garrido
Edgar Valenzuela /colaboración
La Plaza Ceremonial Taína, al norte de San Juana de la Maguana, está en el ojo del huracán de los antropólogos desde el siglo XIX. Ya para 1851 el cónsul inglés Sir Robert Schomburg puso a circular un informe, donde además de ilustrar con dibujos las características del círculo en piedra, en cuyo interior los indios taínos llevaban a escena sus bailes y diversas actividades, llamaba a las autoridades a rescatarlo del abandono y a ponerlo en valor como vestigio de la raza exterminada por los conquistadores españoles. Fue el pionero de esta lucha todavía inconclusa.
A medianos de los años 20 del siglo pasado el escritor Manuel de Jesús Rodríguez Barona también reclamó en sus publicaciones el rescate de la Plaza, otrora conocida con el nombre de Corral de los Indios, de San Juan de la Maguana.
En pesquisas recientes hemos localizado los textos originales que sobre la Plaza Ceremonial Taína escribieron Víctor Garrido, en 1922, en plena intervención militar norteamericana, y E. O. Garrido Puello (Badín), siete años después.
El primero fue publicado en la revista Panfilia, en 1925, y el segundo en el periódico El Cable, en 1929.
En razón de que el texto de E. O. Garrido Puello nunca ha sido reproducido en más de 80 años ni difundido por ningún medio de comunicación escrita y audiovisual del país o del extranjero, consideramos de alto interés ofrecer a los lectores de este canal digital la primicia de su lectura, para su edificación histórica, antropológica y su deleite cultural. La publicación en el periódico El Cable apareció en la sección de "Noticias y Comentarios":
“Recientemente visitamos el Corral de los Indios y encontramos este histórico sitio muy sucio. Siendo el Corral uno de nuestros pocos lugares que ofrecen atractivos para los turistas, es indispensable que sea mantenido en perfecto estado de limpieza. El Ayuntamiento, que tan atento vive a las palpitaciones comunales, puede sostener ese histórico sitio en condiciones que no sea un sonrojo para San Juan. ….
Y ya que nos hemos referido al Corral, justo es que digamos algo del camino que conduce a él. Su estado es desastroso. Puentes en mal estado. Lodazales. Regolas que se derraman. Todo eso con un poco de esfuerzo puede ser evitado. El camino se necesita franco por dos motivos justos y útiles. Hacia el Norte hay buenos campos en cultivo, muchos labrados por colonos extranjeros. La agricultura necesita caminos expeditos que faciliten la salida de sus productos y ese no lo está, por lo mismo que una regola desbordada, un buen chubasco, o un puente desperfeccionado, pueden interrumpir el tráfico por algunos días. El Corral, sitio de atracción histórica, es visitado por cuantas personas de conciencia vienen a la ciudad. Un mal camino dificulta esa visita y hace pensar que nosotros no tenemos concepto del valor de nuestras reliquias históricas. Por estos dos motivos el camino del Norte debe ser mejorado y mantenido en buenas condiciones. Basta con que se obligue a los dueños de regolas a construir puentes de concreto y que se engranse todos los lugares de tierra floja, para que el camino se haga bueno y franco. El Ayuntamiento podría hacer eso sin que quiebre o eche una pesada carga sobre su tesoro”.
El Cable, 10 de julio de 1929. No. 709. Año IX
El texto de Víctor Garrido sobre la Plaza Ceremonial Taína está reproducido in extenso en el libro Perlas de la pluma de los Garrido, recientemente publicado por el Archivo General de la Nación, e ilustrado con una fotografía aérea del antropólogo Elpidio Ortega tomada en los años 70. Los escritos de los Garrido demuestran que no tienen fundamento científico las afirmaciones de que San Juan de la Maguana no tiene historia escrita. Lo que falta es una mayor difusión.
Nota: El libro Perlas de la pluma de los Garrido fue puesto en
circulación este sábado 5 de diciembre del 2009, en la Casa Curial de San Juan de la Maguana. Es una buena oportunidad para conocer otros escritos de ellos, con análisis más profundos.
El autor es periodista, teatrista y escritor.
La Plaza Ceremonial Taína, al norte de San Juana de la Maguana, está en el ojo del huracán de los antropólogos desde el siglo XIX. Ya para 1851 el cónsul inglés Sir Robert Schomburg puso a circular un informe, donde además de ilustrar con dibujos las características del círculo en piedra, en cuyo interior los indios taínos llevaban a escena sus bailes y diversas actividades, llamaba a las autoridades a rescatarlo del abandono y a ponerlo en valor como vestigio de la raza exterminada por los conquistadores españoles. Fue el pionero de esta lucha todavía inconclusa.
A medianos de los años 20 del siglo pasado el escritor Manuel de Jesús Rodríguez Barona también reclamó en sus publicaciones el rescate de la Plaza, otrora conocida con el nombre de Corral de los Indios, de San Juan de la Maguana.
En pesquisas recientes hemos localizado los textos originales que sobre la Plaza Ceremonial Taína escribieron Víctor Garrido, en 1922, en plena intervención militar norteamericana, y E. O. Garrido Puello (Badín), siete años después.
El primero fue publicado en la revista Panfilia, en 1925, y el segundo en el periódico El Cable, en 1929.
En razón de que el texto de E. O. Garrido Puello nunca ha sido reproducido en más de 80 años ni difundido por ningún medio de comunicación escrita y audiovisual del país o del extranjero, consideramos de alto interés ofrecer a los lectores de este canal digital la primicia de su lectura, para su edificación histórica, antropológica y su deleite cultural. La publicación en el periódico El Cable apareció en la sección de "Noticias y Comentarios":
“Recientemente visitamos el Corral de los Indios y encontramos este histórico sitio muy sucio. Siendo el Corral uno de nuestros pocos lugares que ofrecen atractivos para los turistas, es indispensable que sea mantenido en perfecto estado de limpieza. El Ayuntamiento, que tan atento vive a las palpitaciones comunales, puede sostener ese histórico sitio en condiciones que no sea un sonrojo para San Juan. ….
Y ya que nos hemos referido al Corral, justo es que digamos algo del camino que conduce a él. Su estado es desastroso. Puentes en mal estado. Lodazales. Regolas que se derraman. Todo eso con un poco de esfuerzo puede ser evitado. El camino se necesita franco por dos motivos justos y útiles. Hacia el Norte hay buenos campos en cultivo, muchos labrados por colonos extranjeros. La agricultura necesita caminos expeditos que faciliten la salida de sus productos y ese no lo está, por lo mismo que una regola desbordada, un buen chubasco, o un puente desperfeccionado, pueden interrumpir el tráfico por algunos días. El Corral, sitio de atracción histórica, es visitado por cuantas personas de conciencia vienen a la ciudad. Un mal camino dificulta esa visita y hace pensar que nosotros no tenemos concepto del valor de nuestras reliquias históricas. Por estos dos motivos el camino del Norte debe ser mejorado y mantenido en buenas condiciones. Basta con que se obligue a los dueños de regolas a construir puentes de concreto y que se engranse todos los lugares de tierra floja, para que el camino se haga bueno y franco. El Ayuntamiento podría hacer eso sin que quiebre o eche una pesada carga sobre su tesoro”.
El Cable, 10 de julio de 1929. No. 709. Año IX
El texto de Víctor Garrido sobre la Plaza Ceremonial Taína está reproducido in extenso en el libro Perlas de la pluma de los Garrido, recientemente publicado por el Archivo General de la Nación, e ilustrado con una fotografía aérea del antropólogo Elpidio Ortega tomada en los años 70. Los escritos de los Garrido demuestran que no tienen fundamento científico las afirmaciones de que San Juan de la Maguana no tiene historia escrita. Lo que falta es una mayor difusión.
Nota: El libro Perlas de la pluma de los Garrido fue puesto en
circulación este sábado 5 de diciembre del 2009, en la Casa Curial de San Juan de la Maguana. Es una buena oportunidad para conocer otros escritos de ellos, con análisis más profundos.
El autor es periodista, teatrista y escritor.
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