lunes, 7 de marzo de 2011

Gobernar es un servicio del Estado

Ángel Barriuso/gobernar

Desde la perspectiva de los gobiernos municipales o locales, lo mismo que desde un asiento en la presidencia de la República, gobernar es un servicio del Estado.
En una sociedad pautada por procesos electorales para la remoción y/o renovación de su liderazgo gubernamental, la burocracia estatal es un servicio al ciudadano.
Igualmente, los policías constituyen servidores públicos, y los miembros de las Fuerzas Armadas, y aunque podamos verlos circunstancialmente como muy superiores, están para servir al ciudadano, a la sociedad, en cuanto a los asuntos de soberanía, de preservación o defensa de los espacios marítimos, aéreos y territoriales.
¿Quién paga a los servidores públicos?
El ciudadano. Y lo hace al través de los impuestos, por vía directa o mediante el consumo de bienes y servicios.
Luego, ¿cuál ha ser la relación de quien ejerce el poder en calidad de gobernante con quienes ejercen su poder en calidad de ciudadano? De franca transparencia, de derechos y deberes, de obligaciones, responsabilidades, y de compromisos de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.
Esto es la teoría, el mundo ideal.
¿Es el político ascendiente un extraño en lo que respecta a nuestra vecindad, nuestra condición barrial, social, hábitos y costumbres?
Jamás. El político militante, activo, miembro o no de un partido político, aspira al poder, a gobernar, partiendo del principio de que asume el encargo, jura por el bienestar común, que para escogerlo nos vende esperanzas, sueños; cuando está ejerciendo un mandato los sueños y las esperanzas tienen que “aterrizar” al plano de las realizaciones, a satisfacer necesidades mínimas o medianamente aceptables por la sociedad.
Obvio, desde fuera de la jefatura estatal, fuera de toda gestión gubernamental, la realidad puede verse de una manera, y ciertamente que desde arriba se verá de otra. Por algo bien sencillo: el conflicto de intereses. Porque en una sociedad hay y habrá siempre distintas formas de vernos la vida, la existencia, nuestra comodidad, la individualidad.
La solución salomónica se recoge en una frase: calidad de vida.
Durante el desarrollo de una gestión gubernamental o municipal la estrategia es ganar/ganar. Pensemos siempre desde la lógica del ciudadano, porque al principio y al final de la cuenta, el origen de todo gobierno, la plataforma de la gobernabilidad y gobernanza (no importa el nivel teórico ni su concepción ideológica), está en el ciudadano, en su calidad de vida, en su necesidad de progresar, de estabilidad social, económica y emocional. Los japoneses entendieron que existían en la escasez y su gobernabilidad y gobernanza radicaba, en consecuencia, en el bienestar común. ¿Qué hicieron para avanzar, lograrlo, emprender, actuar? Asumieron al Estado como entrenador, entrena a la sociedad, al ciudadano, y lo organiza alrededor de valores.

lunes, 28 de febrero de 2011

Ladrón de sábado

Este un cuento muy diferente de la cuentística a la cual nos acostumbró García Márquez. Podemos leernos una vez, y jamás nos conformaremos. Volveremos a leerlo.

Gabriel García Márquez
Hugo, un ladrón que sólo roba los fines de semana, entra en una casa un sábado por la noche. Ana, la dueña, una treintañera guapa e insomne empedernida, lo descubre in fraganti. Amenazada con la pistola, la mujer le entrega todas las joyas y cosas de valor, y le pide que no se acerque a Pauli, su niña de tres años. Sin embargo, la niña lo ve, y él la conquista con algunos trucos de magia. Hugo piensa: «¿Por qué irse tan pronto, si se está tan bien aquí?» Podría quedarse todo el fin de semana y gozar plenamente la situación, pues el marido -lo sabe porque los ha espiado- no regresa de su viaje de negocios hasta el domingo en la noche. El ladrón no lo piensa mucho: se pone los pantalones del señor de la casa y le pide a Ana que cocine para él, que saque el vino de la cava y que ponga algo de música para cenar, porque sin música no puede vivir.
A Ana, preocupada por Pauli, mientras prepara la cena se le ocurre algo para sacar al tipo de su casa. Pero no puede hacer gran cosa porque Hugo cortó los cables del teléfono, la casa está muy alejada, es de noche y nadie va a llegar. Ana decide poner una pastilla para dormir en la copa de Hugo. Durante la cena, el ladrón, que entre semana es velador de un banco, descubre que Ana es la conductora de su programa favorito de radio, el programa de música popular que oye todas las noches, sin falta. Hugo es su gran admirador y. mientras escuchan al gran Benny cantando Cómo fue en un casete, hablan sobre música y músicos. Ana se arrepiente de dormirlo pues Hugo se comporta tranquilamente y no tiene intenciones de lastimarla ni violentarla, pero ya es tarde porque el somnífero ya está en la copa y el ladrón la bebe toda muy contento. Sin embargo, ha habido una equivocación, y quien ha tomado la copa con la pastilla es ella. Ana se queda dormida en un dos por tres.
A la mañana siguiente Ana despierta completamente vestida y muy bien tapada con una cobija, en su recámara. En el jardín, Hugo y Pauli juegan, ya que han terminado de hacer el desayuno. Ana se sorprende de lo bien que se llevan. Además, le encanta cómo cocina ese ladrón que, a fin de cuentas, es bastante atractivo. Ana empieza a sentir una extraña felicidad.
En esos momentos una amiga pasa para invitarla a comer. Hugo se pone nervioso pero Ana inventa que la niña está enferma y la despide de inmediato. Así los tres se quedan juntitos en casa a disfrutar del domingo. Hugo repara las ventanas y el teléfono que descompuso la noche anterior, mientras silba. Ana se entera de que él baila muy bien el danzón, baile que a ella le encanta pero que nunca puede practicar con nadie. Él le propone que bailen una pieza y se acoplan de tal manera que bailan hasta ya entrada la tarde. Pauli los observa, aplaude y, finalmente se queda dormida. Rendidos, terminan tirados en un sillón de la sala.
Para entonces ya se les fue el santo al cielo, pues es hora de que el marido regrese. Aunque Ana se resiste, Hugo le devuelve casi todo lo que había robado, le da algunos consejos para que no se metan en su casa los ladrones, y se despide de las dos mujeres con no poca tristeza. Ana lo mira alejarse. Hugo está por desaparecer y ella lo llama a voces. Cuando regresa le dice, mirándole muy fijo a los ojos, que el próximo fin de semana su esposo va a volver a salir de viaje. El ladrón de sábado se va feliz, bailando por las calles del barrio, mientras anochece.

FIN

lunes, 21 de febrero de 2011

Gobernar es un servicio del Estado

Ángel Barriuso/servidor público, Estado
Desde la perspectiva de los gobiernos municipales o locales, lo mismo que desde un asiento en la presidencia de la República, gobernar es un servicio del Estado.
En una sociedad pautada por procesos electorales para la remoción y/o renovación de su liderazgo gubernamental, la burocracia estatal es un servicio al ciudadano.
Igualmente, los policías constituyen servidores públicos, y los miembros de las Fuerzas Armadas, y aunque podamos verlos circunstancialmente como muy superiores, están para servir al ciudadano, a la sociedad, en cuanto a los asuntos de soberanía, de preservación o defensa de los espacios marítimos, aéreos y territoriales.
¿Quién paga a los servidores públicos?
El ciudadano. Y lo hace al través de los impuestos, por vía directa o mediante el consumo de bienes y servicios.
Luego, ¿cuál ha ser la relación de quien ejerce el poder en calidad de gobernante con quienes ejercen su poder en calidad de ciudadano? De franca transparencia, de derechos y deberes, de obligaciones, responsabilidades, y de compromisos de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.
Esto es la teoría, el mundo ideal.
¿Es el político ascendiente un extraño en lo que respecta a nuestra vecindad, nuestra condición barrial, social, hábitos y costumbres?
Jamás. El político militante, activo, miembro o no de un partido político, aspira al poder, a gobernar, partiendo del principio de que asume el encargo, jura por el bienestar común, que para escogerlo nos vende esperanzas, sueños; cuando está ejerciendo un mandato los sueños y las esperanzas tienen que “aterrizar” al plano de las realizaciones, a satisfacer necesidades mínimas o medianamente aceptables por la sociedad.
Obvio, desde fuera de la jefatura estatal, fuera de toda gestión gubernamental, la realidad puede verse de una manera, y ciertamente que desde arriba se verá de otra. Por algo bien sencillo: el conflicto de intereses. Porque en una sociedad hay y habrá siempre distintas formas de vernos la vida, la existencia, nuestra comodidad, la individualidad.
La solución salomónica se recoge en una frase: calidad de vida.
Durante el desarrollo de una gestión gubernamental o municipal la estrategia es ganar/ganar. Pensemos siempre desde la lógica del ciudadano, porque al principio y al final de la cuenta, el origen de todo gobierno, la plataforma de la gobernabilidad y gobernanza (no importa el nivel teórico ni su concepción ideológica), está en el ciudadano, en su calidad de vida, en su necesidad de progresar, de estabilidad social, económica y emocional. Los japoneses entendieron que existían en la escasez y su gobernabilidad y gobernanza radicaba, en consecuencia, en el bienestar común. ¿Qué hicieron para avanzar, lograrlo, emprender, actuar? Asumieron al Estado como entrenador, entrena a la sociedad, al ciudadano, y lo organiza alrededor de valores.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Sobre la rutina en el periodismo

Angel Barriuso/rutina y periodismo

Llegó a mis manos un libro publicado en el año 1918, con el título “Frases históricas”, del periodista Luís de Oteyza, y al leer al prologuista, J. Ortega Munilla, he sentido la necesidad de compartir con ustedes su observación de cuanto ocurre en una Sala de Redacción respecto de la rutina. Leamos, por favor:
“Pues bien; Luís de Oteyza ha logrado no sólo vencer en el árido y peligro campo, donde cada día entran nuevos paladines, sino que ha creado una novedad periodística. Eso es lo más difícil (refiriéndose en el caso al periodismo literarario, nota AB). Porque en las redacciones de padece una grave enfermedad. El microbio de la rutina hormiguea en las cuartillas, la idea vieja roe el papel, como la carcoma el antiguo mueble, lo de ayer oprime la inventiva, lo hecho pesa sobre lo que se va a hacer. Es la consecuencia natural de una labor fatigosa, diaria, constante, mal retribuida, consumidora de esfuerzos, que agota y aniquila. Lo que hay de oficio en el periodismo engendra este apego a lo tradicional. Y engendra también un espíritu defensivo contra lo inesperado. Por eso es tan lenta la reforma en la hoja diaria impresa. Las realizan unos pocos ánimos valerosos que luchan con denuedo, sufren el martirio, y dotados de sublime resistencia, vencen al fin.
“Oteyza ha vencido en su empeño, el de llevar a la página de un gran diario la sorprendente innovación de convertir lo viejo en nuevo, dando el interés de un hecho que acaba de ocurrir al contenido de los arcaicos volúmenes. Ciertamente que habrá hallado en el maestro Miguel Moya un auxiliar magnánimo, porque este esforzado, ilustre y modesto colega ha sido siempre el patriarca providencial de los que empiezan. Bajo su férula se han formado la escuela del literato periodista, del cincelador de lo vulgar, la orfebrería eternizadora de lo pasajero”.
¿Qué les ha parecido?

martes, 25 de enero de 2011

Empleo, desempleo, ¿cuál crisis?

Angel Barriuso. Opinión. Permítanme compartir algunas inquietudes respecto al desempleo, ocupación, desocupación. Falta de oportunidades y oportunidades que podemos aprovechar.

Muchas veces no vasta con la titulación en carreras universitarias, grados y posgrados o maestrías. Pareciera que los cambios experimentados en el mundo, repletos de alta tecnología, modernidad y postmodernidad, nos conducen hacia nuevos perfiles de los puestos laborales y de las carreras universitarias. Y es aquí cuando deberíamos rediscutir los números para interpretar el impacto de la economía versus crisis en la generación de nuevas plazas para los egresados de las escuelas de altos estudios y de los veteranos. O para lo que hoy están desempleados o perdieron la plaz. Su empleo.
¿Debemos de hablar de crisis? ¿De qué crisis? Quizás muchos estamos quedándonos atrás de los acontecimientos y revoluciones sistemáticas de las ingenierías del conocimiento adquirido para su aplicación como modo de vida de cada ciudadano. La gran revolución es la reingeniería de los conocimientos por estilos de vida que reflejan nuevas manera de producir riquezas. Un computador, de simple procesador de datos o palabras e igualmente un aparato telefónico, a través del cual sólo nos saludábamos, vienen transformándolo todo, absolutamente, desde el mismo momento en que se convierten en objetos de impacto en la economía de cualquier persona, capaces de transformar el “modus operandi” de una empresa, del individuo y de la sociedad.
¿Qué nos deja en las manos las nuevas tecnologías?
Pues un pasado, un presente y la navegación en el futuro inmediato. Tiempos en evolución sin momentos de descanso. Leer el libro, puedes oírlo en tanto trabajamos o hacemos cualquier otra tarea. Desde el celular, hablamos, grabamos, reproducimos vídeos, fotos, sonidos, nos conectamos. Y si desde mi celular puedo grabar una boda, un bautizo….entonces, ¿para qué contratar el servicio de un fotógrafo, si en tiempo real podré compartir con parientes y allegados cualquier ceremonia? Un computador portátil, y hasta el propio celular, es una oficina, una empresa a través de la cual moviliza economía, compro y vendo; participo en el mercado, actúo en calidad de consumidor e igualmente de proveedor, y desde cualquier lugar, desde cualquier rincón, un parque, una cafetería, con la evidencia de ahorrarme energía eléctrica, determinados costos.
He conocido amigos y amigas que de pronto me sorprenden con una tarjeta de presentación, representan empresas internacionales que forma fortuita la obtuvieron rebuscando en la Internet, matando el tiempo en un teclado. Es decir que las relaciones comerciales, industriales, productivas o financieras, giran hacia expresiones novedosas de participación y/o asistencia. Luego, el empleo cambia. El oficio es otro. El perfil laboral va teniendo otro carácter. El propio oficio del periodismo experimentará cambios tan dramáticos que posiblemente pierda interés como opción laboral.
Obviamente, en países como el nuestro, donde conviven formas modernísimas de ganarse la vida respecto de estilos antiquísimos, aún el empleo/desempleo es la manifestación pura y simple de una economía con poca generación de plazas por fallas estructurales, de una ingeniería clásica del crecimiento socioeconómico. No obstante, es tiempo, siempre, para repensarnos, para vislumbrarnos, para replantearnos los conocimientos como producción social del reciclaje e ir más allá del reciclaje. Ver la vida. Obvio, la medición del empleo y su calidad no es común a toda América.

lunes, 17 de enero de 2011

Alfonsina y el mar

Alfonsina Y El Mar /Composición: Ariel Ramirez / Felix Luna
Nota de AB:
Reproduzco estas letras, estos versos, de un poema extraordinario. Mercedes Sosa, ya fallecida, la interpretó, convertida en canción, en forma igualmente extraordinaria. Buen provecho.


Por la blanda arena / Que lame el mar /Su pequeña huella / No vuelve más
Un sendero solo / De pena y silencio llegó /Hasta el agua profunda /Un sendero solo
De penas mudas llegó /Hasta la espuma.

Sabe Dios qué angustia / Te acompañó /Qué dolores viejos /Calló tu voz /Para recostarte /Arrullada en el canto /De las caracolas marinas /La canción que canta
En el fondo oscuro del mar /La caracola.

Te vas Alfonsina /Con tu soledad/¿Qué poemas nuevos/Fuíste a buscar?/Una voz antigüa
De viento y de sal /Te requiebra el alma /Y la está llevando /Y te vas hacia allá
Como en sueños /Dormida, Alfonsina /Vestida de mar.

Cinco sirenitas/Te llevarán/Por caminos de algas/Y de coral/Y fosforescentes
Caballos marinos harán /Una ronda a tu lado/Y los habitantes/Del agua van a jugar
Pronto a tu lado.

Bájame la lámpara/Un poco más/Déjame que duerma/Nodriza, en paz/Y si llama él
No le digas que estoy /Dile que Alfonsina no vuelve/Y si llama él
No le digas nunca que estoy/Di que me he ido.

Te vas Alfonsina /Con tu soledad/¿Qué poemas nuevos /Fueste a buscar?
Una voz antigua /De viento y de sal/Te requiebra el alma/Y la está llevando
Y te vas hacia allá/Como en sueños/Dormida, Alfonsina/Vestida de mar.

jueves, 13 de enero de 2011

A como le dé la gana

Angel Barriuso/artículo
Ya se ha escrito mucho sobre el individualismo tratando de explicar estilos de vida, patrones culturales, la psicología social de la modernidad. Algunos hablan de dos momentos u olas del desarrollo o evolución de esto, situando un primer momento o primera ola del individualismo cuando se produce una rotura con los dogmas religiosos para sumir nuevos valores vinculados o estrechamente ligados al patriotismo. En términos históricos, inicios del siglo XX, de ahí, quizás, movimientos nacionalistas.
El segundo de los momentos, también llamado segunda ola del individualismo se produciría a finales del mismo siglo XX, muy a pesar de que quienes dedican tiempo a reflexiones sobre esta materia estiman que este neoindividualismo marca al siglo 21. Puede tal vez señalarse que se trata de una reafirmación del individuo, cual “yo supremo”, por cuanto va negando su apegamiento o defensa patriótica, pura y simple, para mostrar mayor preocupación por sí mismo, por su destino y sobrevivencia.
El placer, la salud, satisfacer necesidades o urgencias meramente individuales, las tentaciones, la renuncia a los esquemas o simples estereotipos, posiblemente se aceptará determinadas regulaciones sin que quede afectada, de ninguna manera, mi calidad de vida. En consecuencia, referencias desde a lo que aspira como mi vida, mi proyecto de vida, y cualquier decisión colectiva será aceptada en la misma medida en que nunca pueda afectarse el espacio individual. Un rechazo pleno a lo coercitivo, la libertad.
“Al mismo tiempo, este individuo, liberado de las lógicas sacrificiales y de los sermones, exige que sus derechos sean respetados”, dicen los señores Eugenio Tirón y Ascanio Cavallo, en un texto sobre la comunicación para vivir en un mundo de señales, para agregar que la defensa de su mayor derecho es precisamente “el derecho a organizar su vida como le dé le gana, a opinar lo que se le antoje y a ocupar los bienes que estén a su alcance”. ¿Acaso no hemos oído decir: Esta es mi vida, yo respeto la tuya y tú respeta la mía, pero esta es mi vida, y con ella haga lo que me venga en ganas?
Lo que hacemos con nuestras vidas puede, de algún modo, tocar de mala manera a los demás. El individuo como ente social. Tal vez una contradicción natural que lleva dentro la naturaleza misma del individualismo. Sin embargo, la tolerancia se muestra como una palabra mágica, que resume probablemente la esencia de aquella frase de Juárez: el derecho ajeno es la paz. La cuestión es básica, la liberalización de la persona, en su individualidad, respecto a los compromisos colectivos.
Y esta individualidad, viéndolas desde la perspectiva de su primera ola y en su segunda podría facilitarnos el entendimiento y comprensión de la relación con los demás, incluyendo a los hijos, y del comportamiento de las corporaciones sociales o instituciones públicas, políticas o no políticas, sectoriales o territoriales.
Eugenio Tirón y Ascanio Cavallo se muestran convencidos de que el individualismo apela al consumismo y a los medios de comunicación para fortalecer su identidad, sustentándose en valores como seguridad, calidad, garantía. Y algo muy importante, da suficiente importancia a la transparencia. Condena todo aquello que se intenta ocultar. Luego le resultará inexplicable la falta de transparencia en un mundo cargado de informaciones y con tanto acceso a la información.