lunes, 23 de agosto de 2010

Comunicar una gestión desacreditada

Difícil o muy difícil es la tarea de comunicar la gestión desacreditada de una institución pública o privada. No digo que sea imposible. Es una tarea reconstructiva. El primer paso es reconocerse en sus derectos, el segundo es el de asumir una nueva conducta. Y nunca, jamás, renunciar a un principio básico: lo que decimos, informamos, comunicamos, tiene que ser igual a lo que hacemos. Coherencia es una palabra clave que, sumado a la credebilidad, dará como resultado la confianza.
El descrédito es desconfianza. La confianza es crédito público.
Cómo convertir lo malo en algo bueno?
Precisamente, demostrando con hechos lo bueno que eres o dices (la bondad). Perecepción y proyección, identidad e imagen. Anotemos estos términos, puesto que se complementan. Jamás tendremos éxito vendiéndonos como angelitos siendo biablitos.
En comunicación, como en todo lo que hacemos, se parte de la verdad, de la verdad aceptada socialmente. Todo cuanto decimos debemos mostrarlo y evitar que se preste a dudas, a la interpretación. Así como una imagen vale más que mil palabras, un hecho habla por sí solo. Un hecho tangible es una fotografía, un retrato. Y no acepta, por ninguna circunstancia, manipulación, montaje, trucos. Es lineal.
Predicar, desde el punto de vista de cualquier religión, es comunicar. Para creer en cualquier preddicador hay que cuidar qué se dice, cómo se dice y siempre....la coherencia entre quien lo dice, qué decimos y lo que hacemos respecto de lo que decimos. Una prédica es un predicado. Y el predicado es todo aquello que decimos de un sujeto.

martes, 10 de agosto de 2010

El poeta Yeudi Pérez puso en circulación su libro "Cosas de mi calle, un reciente acto que tuvo lugar en la Cooperativa de Maestros. La presentación estuvo a cargo del general de brigada, Leónidas Pérez y Pérez, médico oncológico e historiador. Se trata de un obra escrita en prosas, y recoge publicaciones sueltas que aparecieron en distintos periódicos y en distintos momentos. Felicitamos a Pérez e igualmente a Leónidas, también escritor. Y gracias al amigo Amaury Bello Cuevas por enviarnos la nota y la composición fotográfica que la acompaña.

En otro aspecto, también felicitamos a nuestra amiga Cándida Ortega, quien tiene ya una larga experiencia en el periodismo social, "de la vida en rosas". De sus años en los periódicos cubriendo eventos sociales ha publicado un libro precisamente sobre la crónica social, que fue puesto en circulación en homanaje a doña Susana Morillo, hoy con alrededor de noventa años de edad, y quien se mantuvo activa hasta cerca sus ochenta, pionera, y una gran dama.

jueves, 5 de agosto de 2010

Red de periodistas municipalistas


Una red de periodistas especializados en temas municipales fue creada recientemente al término de un seminario-taller que se llevó a cabo en un hotel en la zona turística de Juan Dolio, patrocinado por la Fundación Dominicana de Municipios (FEDOMU), la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo y la Fundación DEMUCA.
Estos periodistas, que prestan su servicio profesional para los ayuntamientos o alcaldías de distintas regiones dominicanas, se mostraron entusiasmado con el proyecto. Recibieron orientaciones respecto a las tareas de comunicar e informar de los consultores internacionales, Luis Bruzón, coordinador general del área de comunicación de la Fundemuca, y Gustavo Araya, procedente de Costa Rica, y el primero de España. De República Dominicana estuvo quien suscribe este blog. Luís Aníbal Medrano, es el director de Prensa y Relaciones Pública de la FEDOMU, y fungió com animador además de presentar una ponencia de gran interés sobre estrategia de comunicación en la gestión municipal. El presidente del Colegio de Periodistas, Aurelio Henríquez, tocó el tema sobre la ética periodista en la gestión municipal, mientras que Virtudes Álvarez, dirigente político, se refirió al papel de los medios de comunicación en el Desarrollo Económico Local. Andrés Amauiy Bello, coordinador técnico de la Asociación de Municipios de la Región Ozama, tuvo igualmente una destaca participación como exponente.

martes, 27 de julio de 2010

Un enemigo en el cacao

Cuento
angel barriuso, julio 2010.

De pronto estaba ahí, cual sombra inconclusa. Un rostro sin códigos y sus brazos abiertos cual cruz medio quebrada. Corrí despavorido. Recuerdo al niño, quizás once años, medio perdido entre arbustos caminando hacia la parte trasera de la casona, ubicada ésta próximo a los cacaos, quizás creyendo que la madre estaba esperándolo justo en medio de la finca. Sólo escucha su voz. Miro hacia los lados, nada veo excepto aquella figura inamovible, terriblemente serena y medio despeinada, quizás un sombrero roído cubriría su cabeza, porque estoy suponiéndolo porque el miedo sacudió mis sentidos porque lo sensorial quizás quedó medio desconectado del entorno o tal vez el entorno está dentro de mi, y me apresa, inhabilita, y estoy convencido de que me deja circunstancialmente tieso. Cuando intento correr en dirección contraria, siento que paralelo a mis movimientos hay otros cuerpos ahora enormes, y de iguales particularidades. Apenas respiro pero cuanto más anhelo es refugiarme en la falda de mi madre, a quien no logro ver por ningún lado. Oigo ruidos, pisadas que creo quiebran palos y ramas secas. Creo que es la vaca del abuelo. La roban, Abuelo, le diré. La vaca, Abuelo, es la vaca, Abuelo. Muchos sonidos y ruidos, pienso hoy, me despistaron; el niño aquel de once años, qué podría imaginarse, tal vez la tierra lo engullía, yo resistiéndome, perseguido, acorralado. ¿Qué será, quiénes quieren hacerme daño? ¿Será a mamá a quien quieren robar? ¡Son muchos! Los enemigos son muchos y avanzan en silencio, fijan los brazos y el sombrero, vestidos todos a un mismo color, los mismos tipos de pantalones. Caminan iguales. ¿Quiénes son, qué buscan? ¡No…….!, y el niño quiere gritar, cree que la voz, su voz se ha apagado, cree abrir la boca, gritar a todo pulmón. Sin embargo, jamás escucha nada, absolutamente, ni siquiera recuerda de dónde provenían las palabras de su madre, que en algún momento sintió escuchar. ¡Ma, ma, maaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Y sigue corriendo medio fatigado. Ve que los cuerpos feos, de pelos despeinados, con sombreros sucios y rotos, están cada vez más cerca de mí. Siento que todo está tan oscuro que me siento solo, sin nadie ni casas, ni camino, una nube negra y nada más. Estoy metido en un túnel probablemente sin salida. Me atacan, nos atacan, nos roban, quieren matarme. ¿Quiénes son? ¿Cuántos son, de dónde vienen? Me imagino seguir en el camino, corriendo sin descansar. No veo luz, no veo la casa, no veo a mamá ni mi abuelo. Voy corriendo sin ver, cuando de pronto quedo metido entrepiernas, sintiéndose arropado por una tela. ¿Qué pasa mi hijo, qué te pasa? Gime, no logra articular ningún sonido. ¿Qué te han hecho, mi niño, dime, qué te han hecho? Solloza, y algunos monosílabos escucha la madre. Me, me, me….. Cálmate, calma… y lo abraza, lo besa, lo mima….me, me, me…. Si, ya, lo se….me persiguen, hay alguien ahí, hay muchos hombres malos ahí. La madre ojea, nada. El niño suda frio, tiembla. ¿Quién está, dónde está, qué te ha pasado? Y el niño respira, lo siente la madre cuando el niño avienta sus pulmones, y la voz es otra. Es que hay alguien allí y por allí hay otro. Ahí vienen, corre, corre. Son feos, mamá, son feos y quieren hacerte daño, quieren hacerme daño. La madre intenta mantenerlo en el mismo lugar. Vamos, enséñame. Al final, hasta donde pueden ver sus ojos, la madre no logra distinguir a nadie, a ningún humano. Es por aquí, mi niño, es por aquí. Y la madre supone el hecho, lo qué habría ocurrido. ¡Míralos, no, no, no vayas…! No es nada, es nadie. ¡No, no, no, no quiero….son ellos, nooooooooo! La madre, valiente, ya en el fondo del patio, justo debajo de unos cacaos, le arrebató el sombrero a uno de los enemigos, y lo hizo con furia, decidida contra las sombras feas. ¡Mira, mi niño, mira! Y quise hacerlo, quise mirar! No es lo crees, mira mi hijo. Pero la noche le impedía a aquel niño mirar en paz lo que su madre mostraba con algo de calma y temple. Son amigos, mi niño, son amigos. ¿Qué, qué? Que son amigos. ¿Quiénes, quiénes, mamá? Estas no son personas, son otra cosa. ¡Qué?! Sí, no son personas, están aquí cuidándonos, cuidan lo que hemos sembrado. ¿Cómo, mamá? Si, mi niño. Espantan a los pájaros, los ahuyentan para que no vengan nunca a picar, a comerse nuestros alimentos, sólo hasta el momento en que se los demos. Y los pájaros vuelan, pocas veces se acercan, sólo vienen cuando los llamamos para alimentarlos de lo que podemos darles. ¿Quién, quien? Son muñecos, mi niño. Míralos, son muñecos, y están paralíticos, no se mueven, no corren no caminan, no hablan, pero espantan, asustan. Ves, tócalos. Y mientras entrábamos a la casa estoy seguro que uno de los muñecos movió los brazos. Mamá no dijo nada.

martes, 20 de julio de 2010

Comunicar con un pensamiento estratégico


El libro "Comunicar con un pensamiento estratégico" ya está circulando. Tiene cerca de 200 páginas, dividido en dos partes. La primera está reservada al concepto de estrategia, pensamiento estratégico, al pensamiento y la menta, a su funcionamiento y los modos de razonamientos desde el punto de vista de las versiones científicas y filosóficas. La segunda parte del libro, todo lo relativo a comunicar e informar, retomando teorías abandonadas para reivindicar un concepto de comunicación desde su origen etimólogico, para derivar en un concepto de comunicación estratégica y de qué hablamos cuando nos referimos a comunicar con un pensamiento estratégico. Este libro introduce una variente, porque además de los capítulos figuran unos espacios de reflexión llamados "paréntesis" sobre temas muy específicos que permitan al lector disfrutar de distintos momentos de lectura. El libro fue puesto en circulación el jueves día 15 en el Colegio Dominicano de Periodistas, con palabras de presentación de Aurelio Henríquez, presidente de esta institución. Quien suscribe agradece el respaldo recibido por el Colegio y su membresía e igualmente el apoyo de distintos amigos, profesionales del periodismo y de las relaciones públicas. En estos el libro está en venta en la librería La Trinitaria y en la sede del Colegio de Periodistas, ubicado en la Goerge Washington. Próximamente será puesto en circulación en Santiago de los Caballeros, la segunda capital dominicana.

jueves, 17 de junio de 2010

La tortuga y la argolla

A continuación reproducimos un breve cuento de la india, considerado un clásico. Llamo la atención en la simplicidad y sencillez en el decir y contar.

Era un sabio tan anciano que nadie de la localidad sabía su edad. Él mismo la había olvidado, entre otras razones porque había trascendido todo apego y ambición humana. Estaba un día sentado bajo un enorme árbol banyano, la mirada perdida en el horizonte, la mente quieta como un cielo sin nubes. De repente, vio cómo un hombre joven echaba una cuerda sobre la rama de un árbol y ataba uno de sus extremos a su cuello. El sabio se dio cuenta de las intenciones del joven, corrió hacia él y le pidió que desistiese de su propósito aunque sólo fuera un par de minutos para escucharlo. El joven accedió, y ambos se sentaron junto al árbol. El anciano se expresó así:
--Voy a hacerte un ruego, querido amigo. Imagina una sola tortuga en el inmenso océano y que sólo saca la cabeza a la superficie una vez cada millón de años. Imagina un aro flotando sobre las aguas del inmenso océano. Pues más difícil aún que el que la tortuga introduzca la cabeza en el aro del agua, es haber obtenido la forma humana. Ahora, amigo, procede como creas conveniente.
Todavía cuenta la gente del lugar que aquel joven llegó a anciano y se hizo sabio.
*El Maestro dice: Toda forma humana es preciosa, porque a través de ella podemos alcanzar la realización definitiva. Habiendo podido tomar tantas formas, es una gran fortuna haber tomado la humana.

martes, 1 de junio de 2010

Caperucita Roja

La siguiente es otra versión más sobre la reconocida narración "Caperucita Roja", pero esta es francesa. Siempre se ha dicho que aprendemos de los clásicos. Esta es una buena oportunidad.

Había una vez una niñita a la que su madre le dijo que llevara pan y leche a su abuela. Mientras la niña caminaba por el bosque, un lobo se le acercó y le preguntó adonde se dirigía.
– A la casa de mi abuela, le contestó.
– ¿Qué camino vas a tomar, el camino de las agujas o el de los alfileres?
– El camino de las agujas.
El lobo tomó el camino de los alfileres y llegó primero a la casa. Mató a la abuela, puso su sangre en una botella y partió su carne en rebanadas sobre un platón. Después se vistió con el camisón de la abuela y esperó acostado en la cama. La niña tocó a la puerta.
– Entra, hijita.
– ¿Cómo estás, abuelita? Te traje pan y leche.
– Come tú también, hijita. Hay carne y vino en la alacena.
La pequeña niña comió así lo que se le ofrecía; mientras lo hacía, un gatito dijo:
– ¡Cochina! ¡Has comido la carne y has bebido la sangre de tu abuela!
Después el lobo le dijo:
– Desvístete y métete en la cama conmigo.
– ¿Dónde pongo mi delantal?
– Tíralo al fuego; nunca más lo necesitarás.
Cada vez que se quitaba una prenda (el corpiño, la falda, las enaguas y las medias), la niña hacía la misma pregunta; y cada vez el lobo le contestaba:
– Tírala al fuego; nunca más la necesitarás.
Cuando la niña se metió en la cama, preguntó:
– Abuela, ¿por qué estás tan peluda?
– Para calentarme mejor, hijita.
– Abuela, ¿por qué tienes esos hombros tan grandes?
– Para poder cargar mejor la leña, hijita.
– Abuela, ¿por qué tienes esas uñas tan grandes?
– Para rascarme mejor, hijita.
– Abuela, ¿por qué tienes esos dientes tan grandes?
- Para comerte mejor, hijita. Y el lobo se la comió.”